tag:blogger.com,1999:blog-16008243338710159022024-03-06T04:38:36.577+01:00 JAZZNECDOTARIO E L B L O G D E<br><br> <b>A R T U R O M O R A</b>
<p align="right">Vivencias, anécdotas <br>y reflexiones sobre
<br>la escena jazzística
</p>Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.comBlogger102125tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-12895148942650273082016-12-20T09:00:00.000+01:002016-12-20T09:00:25.086+01:00Jazznécdota #85 - Cool jazz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh22REtvJL6B93Tp2gQ6lvSrzyoEI7aSdsY4cdjfeTuFRLMuLlaZ4AWIRGyzklPbj30LH6d6aULsBI0nelTPxTnumQfwLSsrZLRxCRwW8qTjHGIC5hLu0tSIKV2E5vV6tIG-BjADMl48tg/s1600/cool.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh22REtvJL6B93Tp2gQ6lvSrzyoEI7aSdsY4cdjfeTuFRLMuLlaZ4AWIRGyzklPbj30LH6d6aULsBI0nelTPxTnumQfwLSsrZLRxCRwW8qTjHGIC5hLu0tSIKV2E5vV6tIG-BjADMl48tg/s1600/cool.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
A finales de los años 40, tras lo que algunos denominaron "los excesos del <i>be-bop</i>", Miles Davis y sus secuaces acuñaron un estilo suave y relajado llamado <i>cool jazz </i>(además de "fresquito", <i>cool</i> -pronunciado /ku:l/- es una expresión coloquial positiva, algo así como el castizo "guay"), y cuyo máximo exponente es el disco del trompetista <i>Birth of the Cool</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace años, el pintoresco dueño de un club de jazz madrileño defendía las propuestas pausadas y agradables que actuaban en su local diciendo (a saber dónde lo habría leído) que él era de los pocos gestores musicales que programaba "jazz culto".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-34274534616454572672016-11-15T09:00:00.000+01:002016-11-15T09:00:20.267+01:00Jazznécdota #84 - Al otro lado de la barra<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifw-FD0qOCofcot7dOtDqhG3-lzMdFWSDsKMCOGgTWDYJvTihHS_pLvOt44QSkO0Zf79JAZ8KGpyqUjkYZte4oS7NGl3lwFQjkCfeMNoE8ZcoEvDujcVEmPo9rQdskS33_CCVDO8oc9Gc/s1600/mesa.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifw-FD0qOCofcot7dOtDqhG3-lzMdFWSDsKMCOGgTWDYJvTihHS_pLvOt44QSkO0Zf79JAZ8KGpyqUjkYZte4oS7NGl3lwFQjkCfeMNoE8ZcoEvDujcVEmPo9rQdskS33_CCVDO8oc9Gc/s1600/mesa.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
A lo largo de los últimos años he actuado ocasionalmente en un restaurante cuyo encargado trataba a los músicos con desprecio. Le molestaba que estuviéramos en las mesas, que ocupáramos en la barra el espacio de potenciales clientes e, incluso, que le pidiésemos una cerveza. A pesar de tratarse de un restaurante, rara vez nos ofrecía algo de comer. Éramos un estorbo que no requería su atención.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unos días pude comprobar hasta qué punto nos ignoraba. Tras muchos años luciendo una larga coleta, el pasado verano decidí cortarme el pelo y lucir una pequeña barba, alterando mi imagen notablemente. Un día me presenté en el susodicho restaurante, pero no en calidad de músico, sino de cliente de pago. El encargado no me reconoció. Tratándome de "señor", me ofreció una buena mesa, me dispensó un trato distinguido y no escatimó en atenciones. Por supuesto no le dije quién era. Ya lo descubrirá la próxima vez que actúe allí.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-10810004334887782452016-10-18T09:00:00.000+02:002016-10-18T09:00:26.748+02:00Jazznécdota #83 - El profesor sin alumnos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjStSIVy_o0zWdmeRfuZ1U-xRg0g73jQX5zYxOa0QpbEh9ps_RCPMO1kMW6Us470otYF-gEIb8VggHXSRHiG_ECyOVH2qUQ7cKY4-m6vvRP3MF2O7eJjjK-KYshWyvxqcLFdKBF3vYe9Bs/s1600/escuela.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjStSIVy_o0zWdmeRfuZ1U-xRg0g73jQX5zYxOa0QpbEh9ps_RCPMO1kMW6Us470otYF-gEIb8VggHXSRHiG_ECyOVH2qUQ7cKY4-m6vvRP3MF2O7eJjjK-KYshWyvxqcLFdKBF3vYe9Bs/s1600/escuela.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuenta un amigo músico (llamémosle Recaredo Williams) que, formando parte hace años de la plantilla docente de una escuela de música madrileña, carecía de alumnos. En cambio otro compañero de la misma escuela que tocaba su mismo instrumento (llamémosle Chindasvinto Smith) contaba con bastantes pupilos. Un día mi amigo llamó a la escuela haciéndose pasar por un potencial alumno:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Buenos días, quería tomar clases con Recaredo Williams.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Uf, Recaredo tiene todo su horario ocupado, pero te podemos asignar a Chindasvinto Smith, que es muy bueno.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una experiencia laboral a olvidar, sin duda.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-5893803958342229582016-09-13T09:00:00.000+02:002016-09-13T09:00:04.028+02:00Jazznécdota #82 - Música sobre música<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLa7dumY1P3YGOgZhnG99AtoHF9SmtPKhDkHXG9q1ipJYE2tm2_lsfh9jSpEgiQLsJ2teyXUd6YPWtksaTU4si-NR_-PnaXuNUwcDIDkCkPIcniAZ9bg1qb44kaH_Buq7dA7DWeDvF9l4/s1600/spotify.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLa7dumY1P3YGOgZhnG99AtoHF9SmtPKhDkHXG9q1ipJYE2tm2_lsfh9jSpEgiQLsJ2teyXUd6YPWtksaTU4si-NR_-PnaXuNUwcDIDkCkPIcniAZ9bg1qb44kaH_Buq7dA7DWeDvF9l4/s1600/spotify.png" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
A la gente le encanta preparar sorpresas en las celebraciones. Capaces de planificar con suma meticulosidad cualquier pequeño detalle, son capaces de llevar a cabo esfuerzos leoninos con tal de que el festejado no se entere de la que le tienen preparada hasta el momento preciso. A veces los responsables de los salones de eventos colaboran activamente en tales tramas, a veces molestan más que ayudar. Y en otras ocasiones provocan situaciones surrealistas, como la que me dispongo a narrar a continuación:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Verano en la provincia de Toledo. Una joven pareja contraía matrimonio, y resulta que a ella le gustaba el jazz. El novio nos contrata y nos pide máxima discreción: se trata de una sorpresa. Hemos de llegar a montar los instrumentos con tiempo y empezar a tocar antes de que llegue la pareja, de modo que ella crea estar escuchando una grabación para encontrarse de bruces con músicos de carne y hueso. Buen plan. Organizamos todo con tiempo y, cuando vimos que los invitados empezaban a entrar en el salón de bodas, hablamos con el <i>maître</i> para que apagase la música de fondo que estaba sonando, de modo que pudiésemos empezar a tocar nosotros. Su respuesta: "Esto es un <i>playlist</i> de Spotify que me pidió la novia que sonara durante el cóctel". "Claro que sí", respondimos, "pero nosotros somos la sorpresa, ella no sabe que en vez de su música va a sonar un grupo de verdad". "Yo, lo que me dijo la novia", fue su testaruda respuesta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ocurrió lo inevitable: tuvimos que tocar durante todo el cóctel encima de la música de fondo (que, por supuesto, también era jazz). Nadie se dio cuenta, o a nadie pareció molestar. Los novios nos dieron las gracias y, aparentemente, todos firmamos un trabajo excelente (<i>maître </i>incluído).</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-33564839702065187352016-06-14T09:00:00.000+02:002016-06-14T09:00:03.556+02:00Jazznécdota #81 - Un cuarteto de cuerda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvFJbfIR4tc5X92b25UHxSKI7sLJ5K_UsFjCNIbKYi1HeHJj2CwHK_8mguR6oAaxQGqZjBKuM31eoZDxpgXQFDuKI-s-mvQ8GRWmLxjbQCeZKI6xLhvztcuHPjuHaDRWIHL_WQGyOtDes/s1600/manouche.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvFJbfIR4tc5X92b25UHxSKI7sLJ5K_UsFjCNIbKYi1HeHJj2CwHK_8mguR6oAaxQGqZjBKuM31eoZDxpgXQFDuKI-s-mvQ8GRWmLxjbQCeZKI6xLhvztcuHPjuHaDRWIHL_WQGyOtDes/s1600/manouche.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
La ignorancia es atrevida. Unos conocidos de un músico de jazz le pidieron que les pusiera en contacto con un cuarteto de cuerda para amenizar un evento. En vez de indicarles que el cuarteto de cuerda es una formación de música clásica (para quien no lo sepa, generalmente compuesta por dos violines, una viola y un violonchelo), y que en sus experiencias musicales él nunca había coincidido con músicos clásicos, lo que hizo fue pasarles el contacto de un grupo de jazz <i>manouche </i>(ese alegre y divertido estilo también conocido como <i>gipsy jazz</i> y popularizado en los años treinta por Django Reinhardt y Stéphane Grappelli) cuya formación incluía violín, contrabajo y dos guitarras acústicas. "Son cuatro instrumentos de cuerda. Técnicamente es un cuarteto de cuerda, ¿no?", razonaba el <i>jazzman</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No solamente no hubo quejas; organizadores e invitados quedaron encantadísimos.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-26515417422456429822016-05-17T09:00:00.000+02:002016-05-17T09:00:07.524+02:00Jazznécdota #80 - Lo que es tener dinero<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ5InYSof4oCviEy2VaaYYunH0FbkOcBaU8ndKlbqOXNooUOVvfFMr-sPgVDbpNYC5TC4v28uULy32B9ueoW_m_eZm9GkDF9dvB3QxHUOle6W1w4JO8Eax4UTp2u_m5iN-RXoSBU1spK0/s1600/dj.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ5InYSof4oCviEy2VaaYYunH0FbkOcBaU8ndKlbqOXNooUOVvfFMr-sPgVDbpNYC5TC4v28uULy32B9ueoW_m_eZm9GkDF9dvB3QxHUOle6W1w4JO8Eax4UTp2u_m5iN-RXoSBU1spK0/s1600/dj.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Un amigo saxofonista ha compaginado durante años su devoción por el jazz con una enorme afición a la música de baile, ejerciendo de DJ y dando conciertos en discotecas tocando sobre bases programadas. Contratado para un evento, le preguntaron que qué necesitaba por parte de la organización para poder actuar. Les pidió un reproductor de CD de DJ, una mesa de sonido, dos pantallas de amplificación y los cables correspondientes. Tamaña fue su sorpresa cuando, al llegar al lugar, se encontró todo el equipo que había pedido recién comprado, todavía dentro de sus respectivas cajas selladas con el precinto. Por fortuna llegó con tiempo y por fortuna también tenía experiencia montando equipos, tarea que tuvo que llevar a cabo antes de empezar a tocar y/o pinchar una sola nota.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-24604474985882648302016-04-12T09:00:00.000+02:002016-04-12T09:00:05.769+02:00Jazznécdota #79 - Programar jazz en directo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfThyphenhyphenot7m-D4zv7UnbrncO-WYwkLzJ0tmHgqzVdJE2kasGNzCkH_6NnC9qdzN7t9PM4rsbxXcg2WRXD6_1CHvS5PnZIPoP_MX5KaJGDI_sm1sp1lz2pNkmfhQEEEoZ3hP-RhYNpkDBA-E/s1600/pub.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfThyphenhyphenot7m-D4zv7UnbrncO-WYwkLzJ0tmHgqzVdJE2kasGNzCkH_6NnC9qdzN7t9PM4rsbxXcg2WRXD6_1CHvS5PnZIPoP_MX5KaJGDI_sm1sp1lz2pNkmfhQEEEoZ3hP-RhYNpkDBA-E/s1600/pub.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Un amigo pianista conoció al dueño de un <i>pub </i>en una bonita zona de ocio nocturno madrileña. El propietario quería dar un cambio de imagen a su local, aparentar exclusividad y ahuyentar a cierta clientela indeseable. Creyó que programar periódicamente conciertos de jazz sería un buen reclamo para el tipo de público deseado, así que encargó al pianista programar la agenda de conciertos. El músico fue al local, estudió las características del posible escenario, las condiciones acústicas de la sala y el equipo necesario, y empezó a elaborar una lista de grupos. Como no habían acordado un caché concreto, preguntó al dueño del local que cuánto presupuesto había para pagar a los músicos, a lo que este respondió: "Ah, ¿pero los músicos de jazz cobráis? ¿No tocáis por gusto?".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Obviamente jamás se dio un concierto en ese <i>pub</i>.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-8814474385858423832016-03-15T09:00:00.000+01:002016-03-15T09:00:06.213+01:00Jazznécdota #78 - El público bipolar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpkeWPz_TN5-2yuD1o-GcBVSdK0hPqlAxA_SlTezSK03Crj7hw-kFyh7ZXuXJ5M-c3PbifVVC8gPNATJffCkfbFRagxOE8UweW2_7DMPBqLLLcjs_STr9qOLtafcoIJ_yRXqgKSoC3_h0/s1600/publico_pueblo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpkeWPz_TN5-2yuD1o-GcBVSdK0hPqlAxA_SlTezSK03Crj7hw-kFyh7ZXuXJ5M-c3PbifVVC8gPNATJffCkfbFRagxOE8UweW2_7DMPBqLLLcjs_STr9qOLtafcoIJ_yRXqgKSoC3_h0/s1600/publico_pueblo.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unos años, tocando en la plaza principal de un pueblo toledano, me encontré con un público gélido, impasible, inerte. Apenas aplaudían por educación los finales de los temas. No quedaba una silla libre, pero todas parecían pobladas por maniquíes. Para más inri fue uno de los primeros conciertos en los que me hice cargo de las presentaciones. Intenté animar el cuadro con chistes y comentarios irónicos, pero nadie reaccionaba. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hasta que acabó el concierto. Jamás he visto a un público solicitar (exigir, diría yo) un bis con tanta pasión. Los lugareños se levantaron de sus asientos y empezaron a vitorearnos y a cantar a coro el típico "¡otra, otra!" hasta que volvimos al escenario a redondear la actuación. Una vez finalizado el espectáculo vinieron varias personas, concejales incluidos, a felicitarnos. Fue un momento tan surrealista que solo faltaban Berlanga y su cámara.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-80719794236951866512016-02-16T09:00:00.000+01:002016-02-16T09:00:09.229+01:00Jazznécdota #77 - La reclamación<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSB4hLh5TKUuGYzbHqFC_-wt19MzVEtnjgIZ2uYFU5b7ENmLUGAqj148fMA4meZNcifsebtT7HGHuPB4JCoq2AnVDu5tX5yx2I7neI_4hugryT5FOuXWqoY6jJf4yYu0lf1pcVUqq_-jk/s1600/segundo.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSB4hLh5TKUuGYzbHqFC_-wt19MzVEtnjgIZ2uYFU5b7ENmLUGAqj148fMA4meZNcifsebtT7HGHuPB4JCoq2AnVDu5tX5yx2I7neI_4hugryT5FOuXWqoY6jJf4yYu0lf1pcVUqq_-jk/s1600/segundo.jpeg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Muchos recordarán lo sucedido hace unos años en el Festival de Jazz de Sigüenza. Un espectador llamó a la Guardia Civil para protestar porque la música que estaba escuchando (a cargo de Larry Ochs) no era jazz. La anécdota dio la vuelta al mundo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Algo similar ocurrió hace unos meses en el mítico club madrileño Segundo Jazz, que solía incluir los jueves un grupo de versiones de <i>pop-rock</i>. Un espectador pidió la hoja de reclamaciones alegando que "en el nombre del sitio figura la palabra 'jazz' y esto no es jazz". En aras de evitar un pequeño escándalo, los responsables del local le invitaron a una consumición, pero el cliente fue más allá, solicitando que le pagaran el taxi que presuntamente había tomado para llegar al club y el que iba a tomar para volver a su casa. Ante sus amenazas de llamar a la policía municipal, fueron los propios dueños de Segundo Jazz los que telefonearon a los agentes. Una vez presente la autoridad, el individuo fue acumulando nervios, invalidando dos hojas de reclamaciones y, consiguiendo, por fin, rellenar la tercera. El esperpéntico episodio finalizó con uno de los policías comentando a los propietarios: "En cuanto mi superior vea esta denuncia la tira a la papelera".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-66772781336884405782016-01-12T09:00:00.000+01:002016-01-12T09:00:09.017+01:00Jazznécdota #76 - El cajón<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1fL_YzKKfiD2ZiuzSmMNCYPU_ER9vvGDDo4a9UTHlov-S9-mYuGdk5et9RUZw5S2K6itXMaF8mjcKHFu8recdI22BO50MT7V1o2snJwGg16A_8foUrx7knSg_GkYTR9SjCwC497xRvik/s1600/cajon_flamenco.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1fL_YzKKfiD2ZiuzSmMNCYPU_ER9vvGDDo4a9UTHlov-S9-mYuGdk5et9RUZw5S2K6itXMaF8mjcKHFu8recdI22BO50MT7V1o2snJwGg16A_8foUrx7knSg_GkYTR9SjCwC497xRvik/s1600/cajon_flamenco.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Una de flamenco. Durante varios años un amigo pianista de jazz fue profesor de música en institutos de enseñanza secundaria. Viendo que los adolescentes no se emocionaban con la música clásica, llevó al instituto cajones flamencos para que aprendieran de forma activa. De cara a impartir las clases adecuadamente, el pianista estuvo estudiando cajón durante un tiempo, llegando a tocarlo a bastante buen nivel. No obstante el intérprete más sobresaliente de la clase era un niño gitano, buen conocedor de los palos y ritmos flamencos, que había aprendido ("mamado", como se suele decir) prácticamente desde que nació, a pesar de no contar con educación musical formal. Un día el profesor, consciente de contar con buena competencia técnica, pero sin experiencia real en el mundo de la música gitana por excelencia, le preguntó: "Tú que entiendes de flamenco, ¿qué tal toco el cajón?", a lo que el alumno respondio: "Le falta calle, profe, le falta calle".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-55817930474113380312015-12-15T09:00:00.000+01:002015-12-15T09:00:11.570+01:00Jazznécdota #75 - El humor no viaja<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiBOrjO5_pFMoen1JqfcGzqlUHsHycx_McW0RGzo8_Rsncvd5r0uijUz_ni1ToxuSaaQ6DU_i3ESrmxc4wWYogZvqdv3AKBCc9ZIgGAjHt7HhiwT-iZbMfaO9__sRMacaDaxOdyS8InPQ/s1600/nyc.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiBOrjO5_pFMoen1JqfcGzqlUHsHycx_McW0RGzo8_Rsncvd5r0uijUz_ni1ToxuSaaQ6DU_i3ESrmxc4wWYogZvqdv3AKBCc9ZIgGAjHt7HhiwT-iZbMfaO9__sRMacaDaxOdyS8InPQ/s1600/nyc.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Como se suele decir, el humor no viaja. Hace tres años fui víctima de un malentendido cultural que me sigue avergonzando en la actualidad. Ocurrió en un <i>community garden</i> de Manhattan, uno de esos jardines en mitad de la gran manzana preservados para el cuidado y disfrute del vecindario. Los ciudadanos llevaban a cabo trabajos de jardinería, conservaban el espacio y quedaban allí para cenar y tomar unas cervezas. En esta ocasión, además, contrataron un grupo de jazz, y allí estaba yo bajo eléctrico en mano. Hacía buen tiempo y la música sonó de maravilla.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En esto que, una vez acabado el concierto, había un niño que no paraba de molestar a los presentes. Corría, saltaba, chocaba con la gente y hasta pellizcaba el trasero de las mujeres ante la pasividad de sus padres. Los que allí se congregaban intentaban utilizar la ironía para, de forma educada, hacer ver a sus progenitores que debían hacerse cargo de su hijo. "Vaya diablillo", "Ay, no se está quieto", "Aquí viene otra vez". Estas y otras expresiones similares no causaban ningún efecto en la pareja.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En ese instante el pequeño me golpeó en la cintura, a la altura de un bolsillo de mis pantalones. Creyendo acuñar un comentario ingenioso, no se me ocurrió otra cosa que decir: "<i>Oh, my wallet!</i>" (¡Oh, mi billetera!). Tan solo quise llamar la atención sobre el comportamiento bárbaro del niño; en ningún momento quise implicar que fuera un ladrón. Pero pasé por alto un detalle crucial: era afroamericano. Y cierta parte de la población blanca estadounidense tilda a los afroamericanos de ladrones, estereotipo contra el que llevan décadas luchando. Como europeo amante del jazz siempre he profesado una profunda admiración por los negros norteamericanos, y jamás se me hubiera ocurrido implicar esa connotación, pero en el momento no caí. No pude haber sido más desafortunado. A mi comentario siguió otro del padre: "<i>We don't do that!</i>" (Nosotros no hacemos esas cosas). Como quiera que en el momento no me di cuenta de lo que estaba ocurriendo, ni entendí la reacción de los presentes, continué disfrutando del jardín hasta que, llegado el momento de irme, me despedí educadamente de todos, incluido el padre. Una vez en la calle, una amiga me explicó lo sucedido con contundencia: "Has venido a Nueva York con mucho conocimiento de la lengua pero muy poco de la sociedad".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Queridos lectores, no sean tan torpes como yo y recuerden que el humor no viaja.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-52246645713311396022015-11-17T09:00:00.000+01:002015-11-17T09:00:12.988+01:00Jazznécdota #74 - El menú<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidJD3oNxRPTAdC4j6kpqwodpkTvxbWn_em8c1zcGJCm1qdBDYGKnRUhXSSNvj6ER3rexax2PZrox_yEpzY9Lf6ryy0ljjY0q6Utl5jwjQVTpA0dB8cMPG0QyDh8fbPhX14jS7KknKQAiQ/s1600/boda.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidJD3oNxRPTAdC4j6kpqwodpkTvxbWn_em8c1zcGJCm1qdBDYGKnRUhXSSNvj6ER3rexax2PZrox_yEpzY9Lf6ryy0ljjY0q6Utl5jwjQVTpA0dB8cMPG0QyDh8fbPhX14jS7KknKQAiQ/s1600/boda.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Aunque uno crea estar curado de espanto, siempre hay vivencias que superan a todas las anteriores. Las amenizaciones de bodas son fuente de anécdotas varias. Como ya se ha comentado en este medio, a veces los responsables tratan a los músicos con desprecio y altivez. Un verano en un pueblo de Toledo tuvimos que tocar durante un largo período de tiempo, yendo a montar el equipo a última hora de la tarde y abandonando el lugar bien entrada la madrugada. Dado que el salón se encontraba en mitad de la carretera y además no queríamos abandonar nuestros instrumentos, pedimos con antelación a la madre de la novia, quien nos había contratado, que hubiese algo de cenar para los músicos. En ningún caso queríamos degustar las mismas exquisiteces que el resto de los invitados. Nos hubiera bastado con un pincho, algo para picar durante las innumerables horas que iba a durar el evento. No esperábamos gran cosa, pero desde luego nos costó creer la respuesta de la señora: "Si queréis cenar el menú son 7,35 euros por músico. Os lo descuento de la paga". </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llevamos comida de casa.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-2463652421507216192015-10-13T09:00:00.000+02:002015-10-13T09:00:11.896+02:00Jazznécdota #73 - Solidaridad<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJKKLTnrgnsmTtFKtT3ApCJjTTs80JQVR4Q8f1kBkBgAAoIFWEgOanAe3rzy8eWKhhM6EnuxxF2ii986NhHnuOQRS6qr9Li-X9IJdROQhqKz5A3qLe7c9-Wp_8zUAYek2KkHWb5YabLt0/s1600/equipo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJKKLTnrgnsmTtFKtT3ApCJjTTs80JQVR4Q8f1kBkBgAAoIFWEgOanAe3rzy8eWKhhM6EnuxxF2ii986NhHnuOQRS6qr9Li-X9IJdROQhqKz5A3qLe7c9-Wp_8zUAYek2KkHWb5YabLt0/s1600/equipo.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cuál es la peor parte de un concierto? A dicha pregunta la inmensa mayoría de los músicos responderán con rotundidad: el montaje y desmontaje del equipo. Es una tarea lenta y repetitiva, implica el desarrollo de pequeños planes logísticos y a veces es físicamente pesada. Por fortuna los músicos suelen ayudarse entre ellos. Mientras uno aparca otros descargan, los amplificadores voluminosos se mueven entre dos personas, si el bajista ya ha organizado sus cosas, lo habitual es que ayude al batería a cargar sus enseres... O así debería ser. A veces la solidaridad brilla por su ausencia, no se sabe si por malicia o por ignorancia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unos años toqué con una cantante que no tenía equipo, aparte de su micrófono. Como el lugar donde actuábamos (un centro comercial) no disponía de sistema de audio, el pianista ofreció su mesa de sonido y sus propias pantallas de amplificación. De hecho, para que el sonido no se quedara corto, llevó más equipo del que él hubiera necesitado. Como fuimos los primeros en llegar, le ayudé a cargar y organizar todos los bultos. Una vez probados los instrumentos nos dispusimos a tomar algo en el bar de enfrente. Allí nos encontramos con la cantante del grupo que, esbozando una sonrisa, nos dijo: "Llevo aquí un buen rato. Os he visto llegar, pero no quería molestaros mientras montabais".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-41945726107908459512015-09-15T09:00:00.000+02:002015-09-15T09:00:05.621+02:00Jazznécdota #72 - Por no tocar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyq8dlT8htI3Cu2EORzSoOqofLPAyEiSX-nu6su4ftP1js7ftw0vjEhKdRarUyc0dISB8l7vN4JFR0tM6dhvAwvUSEe5WStylynq-EU-u0L5xGQP4OebcGCg_dzVU_8o6WB9XLiEuS0QQ/s1600/festival.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyq8dlT8htI3Cu2EORzSoOqofLPAyEiSX-nu6su4ftP1js7ftw0vjEhKdRarUyc0dISB8l7vN4JFR0tM6dhvAwvUSEe5WStylynq-EU-u0L5xGQP4OebcGCg_dzVU_8o6WB9XLiEuS0QQ/s1600/festival.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Los músicos de jazz estamos acostumbrados a actuar en todo tipo de eventos, algunos de ellos inverosímiles. No obstante la palma se la lleva un trombonista cuyo cometido consistió en amenizar un festival erótico. Obviamente, mientras los músicos tocaban los actores llevaban a cabo el trabajo propio de su sector laboral en riguroso directo. Lo más bizarro de la ocasión no fue compartir escenario con los profesionales, sino tocar frente a los miembros del público que se habían presentado al concurso de tamaño del otro miembro, el viril. Mientras la banda seguía a lo suyo los concursantes, de espaldas al resto del respetable (de cara, por tanto, a los músicos), se esforzaban por agrandar su masculinidad. Insuperable.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-10071659334109921262014-12-23T09:00:00.000+01:002014-12-23T10:30:54.610+01:00Jazznécdota #71 - Morfeo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglWS5HtQbW6o2dbxium82_C-HXNl_zKdGu3IuMr_l1BkGAg2GxxdPtfEeAgP833wvYmAKCN7sjKpRKsctkwxOlQsDpf2gN1YElJREV0J6Y9qdqkjtODBRHLojI9OrzZvdlWsc8_ESa4SU/s1600/Papa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglWS5HtQbW6o2dbxium82_C-HXNl_zKdGu3IuMr_l1BkGAg2GxxdPtfEeAgP833wvYmAKCN7sjKpRKsctkwxOlQsDpf2gN1YElJREV0J6Y9qdqkjtODBRHLojI9OrzZvdlWsc8_ESa4SU/s1600/Papa.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Actuar ante el Papa debe ser el evento más importante en la vida de un músico católico. Recientemente me contaron que, ante una de las visitas del pontífice a una gran capital, uno de los músicos seleccionados se preparó concienzudamente con suma devoción. El día del concierto se levantó, encendió la televisión y vio al Papa en directo mientras el grupo tocaba... sin él. Se había quedado dormido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ese día cambio a Dios por Morfeo.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-47409747860771990962014-11-25T09:00:00.000+01:002014-11-25T09:00:01.535+01:00Jazznécdota #70 - El ... blues<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFKD1Hqbk-GKKXK4F8WvM87h2fjY6kc_geOo9mAr_bcfIgf0ZPMjDn5cIBpFaAQTI2GKcutsgQLagP-GjzMm-PYuRlVEgyLlAEOxWJvUEJI2iXYnDVYxGsJZuZCQ4IrjZO8bIeHM91EBA/s1600/blues.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFKD1Hqbk-GKKXK4F8WvM87h2fjY6kc_geOo9mAr_bcfIgf0ZPMjDn5cIBpFaAQTI2GKcutsgQLagP-GjzMm-PYuRlVEgyLlAEOxWJvUEJI2iXYnDVYxGsJZuZCQ4IrjZO8bIeHM91EBA/s1600/blues.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El <i>blues </i>es una de las bases fundamentales del jazz. Para tocar jazz no solo hace falta saber tocar <i>blues</i>, además hay que sentirlo y disfrutarlo. No obstante, en comparación con los temas de <i>be-bop</i> o las composiciones avanzadas de músicos como John Coltrane, Joe Henderson o Wayne Shorter, la típica estructura de <i>blues </i>de doce compases es métrica y armónicamente sencilla, habiéndose convertido en un punto de encuentro para todo tipo de músicos. Cuando no se sabe qué tocar, se hace un <i>blues</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En cierta ocasión un músico de jazz, gran amante y conocedor del <i>blues</i>, estaba grabando temas con un cantante de <i>rock</i>. En una de las piezas, un simple <i>blues</i>, el cantante estaba teniendo problemas, por lo que hubo que repetir la toma varias veces, para desesperación del <i>jazzman</i>. En ese instante su novia le llamó por teléfono y él le respondió, elevando su voz sin querer, que ya tendrían que haber acabado de grabar, que tan solo se trataba de "un puto <i>blues</i>". Cuando se volvió el resto de la banda le miraba entre la sorpresa y la indignación.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-10959406635915006452014-10-28T09:00:00.000+01:002014-10-28T09:00:08.704+01:00Jazznécdota #69 - Silencio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpBg438S98qVhU8m7umH5nE2dlOtakhPcEPwBMg38THL_pb4MJ5T9Mg8ZpSF0vJdRW3LmocdYKrAK7MFjhWp-TSpkQ-MF0Bw1XisMVJC7C1BfFOMt2gYsE2ePk1_tztiZBbXYG3W4neWM/s1600/silencio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpBg438S98qVhU8m7umH5nE2dlOtakhPcEPwBMg38THL_pb4MJ5T9Mg8ZpSF0vJdRW3LmocdYKrAK7MFjhWp-TSpkQ-MF0Bw1XisMVJC7C1BfFOMt2gYsE2ePk1_tztiZBbXYG3W4neWM/s1600/silencio.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Silencio</i> es el título del CD que publiqué en 2010 con el grupo de <i>jazz fusion</i> Tet-Quart. El título, idea del pianista Teo Gómez, es elegante y misterioso, pero además da mucho de sí. Una vez estábamos tocando en un club del centro de Madrid ante un grupo de vociferantes espectadores que no cesaban de hablar en voz alta y reír a carcajadas sin prestar atención a las evoluciones de la música. En esos momentos a uno le apetece callar al público a golpes, aunque obviamente esa no sea una opción. Lo que hice fue acercarme al micrófono y decir, con voz firme y solemne: "¡Silencio!". Los maleducados dejaron de hablar inmediatamente y se volvieron, extrañados, hacia el escenario. Continué mi presentación: "<i>Silencio</i> es el título de nuestro CD, ya a la venta".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De poco sirvió: siguieron hablando.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-86253080431956902812014-09-30T09:00:00.000+02:002014-09-30T09:00:01.265+02:00Jazznécdota #68 - Las llaves<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSIwrT1bNXgMSeiiLu5UUvqyXiJrchrQgjGU_rioN6_tvvNFjzlbZd1MayiOygRimNRxG4_2QkGnELF4r43FgMz5T7dZFJXR0aaYmfbA6-94NvWp1cn6rfN6AhiEQgwyi2F1ijkWE-GC4/s1600/llaves.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSIwrT1bNXgMSeiiLu5UUvqyXiJrchrQgjGU_rioN6_tvvNFjzlbZd1MayiOygRimNRxG4_2QkGnELF4r43FgMz5T7dZFJXR0aaYmfbA6-94NvWp1cn6rfN6AhiEQgwyi2F1ijkWE-GC4/s1600/llaves.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Contaba un compañero que, actuando con un cantante indeciso, los miembros de la banda se desesperaban viendo que no entraba cuando debía. El grupo seguía dando vueltas a los acordes esperando que se arrancara a cantar, pero no acababa de decidirse. En un momento dado el pianista sacó del bolsillo su llavero y lo posó sobre el teclado. Ante la sorprendida mirada del bajista, dijo: "Ahí tiene las llaves. Que entre cuando quiera".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-48016010854171208132014-09-02T09:00:00.000+02:002014-09-02T09:00:05.485+02:00Jazznécdota #67 - Demasiado público<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDKoexxeemSLlMQHKn-EB4EJePyVU4dYzAKIKEIfRpEmpwLdo00c-eW57mFIte8P1jZG5i2ASxTmjds05puEyWpTH8Fa4HzWtnqDogPI3dYyps4E1fzqQCewZkuMZ8xptk1PSC7c66ZLA/s1600/sala.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDKoexxeemSLlMQHKn-EB4EJePyVU4dYzAKIKEIfRpEmpwLdo00c-eW57mFIte8P1jZG5i2ASxTmjds05puEyWpTH8Fa4HzWtnqDogPI3dYyps4E1fzqQCewZkuMZ8xptk1PSC7c66ZLA/s1600/sala.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El verano no iba bien para un conocido club de jazz. A pesar de que la programación destilaba calidad el público prefería disfrutar de las terrazas madrileñas que escuchar buena música estival en un local cerrado. Debió ser por ese motivo que el gerente del lugar, perspicaz como pocos, decidió bajar considerablemente el precio de admisión al concierto estrella del estío, a cargo de una excelente banda internacional. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llegó el día del evento y, a medida se acercaba la hora de comienzo, continuaban entrando espectadores como si repartieran maná en el club. El malestar del responsable fue creciendo tema tras tema, corchea tras corchea. "Si la entrada fuese más cara estaría ganando más dinero", debió pensar. Llegó el descanso, comenzó el segundo pase, el público seguía disfrutando de la bebida y de la buena música. La actuación llegó a su fin y, como respuesta a los insistentes aplausos, el líder del grupo se acercó al micrófono: "Vamos a tocar un tema más". En esto que el gerente se plantó delante del escenario, se dirigió al público que abarrotaba su local y, con ostensibles gestos de enfado, dijo: "¡Eso, van a tocar un tema más, pero solamente uno, porque el precio de la entrada ya está más que amortizado!".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-89776346743513610052014-07-15T09:00:00.000+02:002014-07-15T09:00:09.087+02:00Jazznécdota #66 - El carrito<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFrrSkSACtCzuYSSO3Vf2DkOj21cHh9dwyMFr9BqeXFIXOmzfDlYnMLHxL3JZMa3dBTuS0-17WHuv1Ui1gj_KC6BrVtCHcNtyouwNxrnsvLKkDF5l-pJ6utWSOEIaXz61LP5BSRWaoN3E/s1600/carrito.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFrrSkSACtCzuYSSO3Vf2DkOj21cHh9dwyMFr9BqeXFIXOmzfDlYnMLHxL3JZMa3dBTuS0-17WHuv1Ui1gj_KC6BrVtCHcNtyouwNxrnsvLKkDF5l-pJ6utWSOEIaXz61LP5BSRWaoN3E/s1600/carrito.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace poco amenicé una boda en un pueblo de Toledo. La distancia a cubrir entre el aparcamiento y la zona de la actuación era bastante grande y teníamos mucho equipo que cargar, pero los del restaurante nos dijeron que no nos preocupáramos, pues disponían de un carrito. Efectivamente, tenían un carrito... de supermercado. Cumplió su función, pero la imagen de los músicos transportando la mercancía no podía ser más precaria. Menos mal que, para hacerlo funcionar, no tuvimos que introducir una moneda.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-49654011236253368702014-07-01T09:00:00.000+02:002014-07-01T11:14:04.971+02:00Jazznécdota #65 - Otra de cantantes<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr6iDORPwWxWKTz1TU22o1-S4bns9njBvOM8P2gct4J5n2KYuAP08pdWVTv3BQp2VZJ_Q9nRr59FcqNvPovP_YNXZLmIHfwnFDtTjint1ZKRCFRBLqpeBWQxsxIN3VmnxMuX4bFx-C-aw/s1600/mic.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr6iDORPwWxWKTz1TU22o1-S4bns9njBvOM8P2gct4J5n2KYuAP08pdWVTv3BQp2VZJ_Q9nRr59FcqNvPovP_YNXZLmIHfwnFDtTjint1ZKRCFRBLqpeBWQxsxIN3VmnxMuX4bFx-C-aw/s1600/mic.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Da gusto tocar con un(a) buen cantante. Todos los músicos nos basamos en las inflexiones de la voz humana para poder "cantar" con nuestros instrumentos, y acompañar bien a un(a) buen(a) vocalista es un placer incomparable. Por fortuna en España contamos con cantantes de jazz excelentes pero, por desgracia, en los márgenes de la escena jazzística acecha un buen número de iletrados musicales cuya ignorancia solo se ve superada, en algunos casos, por su prepotencia. Cierta cantante estrafalaria, ya habitual de estas páginas, suele demostrar una enorme falta de capacidad para el trabajo en equipo, culpando continuamente a su banda de todos los problemas derivados de sus propias carencias. Hasta tal punto llegaba su desprecio por el trabajo de su grupo que uno de sus músicos me comentó que, cuando tocaba con ella, en vez de acompañarla "la perseguía".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-22948029941651314972014-05-27T09:00:00.000+02:002014-05-27T09:00:06.688+02:00Jazznécdota #64 - ¿Oído o teoría?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaHJlRxDTub0L9CTOhaOz31UOaqISVh5jdVGLiH4SHNMSfvSpYQICue4e_c8vKvXWyMjt5-uo15v17VtY05fprsmMDky-0FeeJpc3uTY7LftSyBJpPHBWaH7FaRjm_X5m-nQveS5vz9vE/s1600/art.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaHJlRxDTub0L9CTOhaOz31UOaqISVh5jdVGLiH4SHNMSfvSpYQICue4e_c8vKvXWyMjt5-uo15v17VtY05fprsmMDky-0FeeJpc3uTY7LftSyBJpPHBWaH7FaRjm_X5m-nQveS5vz9vE/s1600/art.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de los debates habituales entre músicos de jazz es el relativo al conocimiento teórico o el desarrollo auditivo como fuente de saber musical. Todos los <i>jazzmen </i>cuentan con ambas características como base de su ejercicio artístico (salvo contadísimas excepciones, la idea del improvisador iletrado siempre ha sido un falso tópico), pero la mayoría tienen una u otra área más desarrollada. En mi caso concreto el oído tiene un claro margen de mejora, que sustituyo con un disciplinado enfoque de la partitura a abordar. A un amigo saxofonista le ocurre justo lo contrario: rarísima vez lee, y rarísima vez se ajusta al guión establecido. Un día, minutos antes de empezar a tocar como grupo base de una <i>jam session</i>, se le ocurrió una línea de bajo para un <i>standard</i>. Empezó a cantármela para que yo la aprendiera "de oído", pero saqué papel y lápiz y empecé a apuntarla. Para confirmar que la estaba entendiendo bien, le dije: "Entonces esto es en La menor, una negra con puntillo, corchea, negra...", a lo que el saxofonista puso la mano encima del papel y me dijo: "¡Déjate de matemáticas y escucha!".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-16964159141275057892014-05-13T09:00:00.000+02:002014-05-13T09:00:05.609+02:00Jazznécdota #63 - Jazz modal<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKwXHwdgD_c7a93O_L9217xxMNcvJltUWTk3anDQFspeky4gvR0dOjws_As8bSo80JbAE4H2jXe0I0OuXQIyPyUPRorCu0BEOvNyYoKA6GoIWSVIED5clcf9nZbpMBqJbZdA1qG1FPZqE/s1600/miles_trane.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKwXHwdgD_c7a93O_L9217xxMNcvJltUWTk3anDQFspeky4gvR0dOjws_As8bSo80JbAE4H2jXe0I0OuXQIyPyUPRorCu0BEOvNyYoKA6GoIWSVIED5clcf9nZbpMBqJbZdA1qG1FPZqE/s1600/miles_trane.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El "So What" de Miles Davis es uno de los grandes ejemplos históricos de jazz modal. En vez de enfrentarse a decenas de acordes en frenética progresión, como era habitual hasta la fecha, el solista debía ofrecer lo mejor de sí mismo improvisando sobre un par de acordes, con las limitaciones que ello conlleva. Poco después de la aparición de "So What" en el mítico álbum <i>Kind of Blue</i>, John Coltrane escribió su "Impressions", más rápido y con una nueva melodía, pero basado en la misma secuencia armónica. Hoy en día no es difícil escuchar ambos temas interpretados a un tempo similar, por lo que un oyente que empiece a escuchar una interpretación a la mitad del tema no sabría si se trata de uno o del otro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unos años había un grupo de jazz improvisando sobre la citada armonía en un centro comercial de Las Rozas (Madrid). Un pianista que pasaba por allí lo escuchó y, dispuesto a añadir una dosis de humor a la situación, dio instrucciones a su hijo de cinco años. En pleno solo de piano, el niño se acercó al saxofonista y le dijo: <span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">«</span>¿Esto es "So What" o "Impressions"?<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">»</span>, a lo que el músico le respondió sobresaltado, para disfrute del padre: <span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; line-height: 18.399999618530273px;">«</span>¿Tú cómo sabes eso?<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">».</span></div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-16964567216842557722014-04-29T09:00:00.000+02:002014-04-29T09:00:11.428+02:00Jazznécdota #62 - La dimensión funcional de la música<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxD3BuUyCr3Oh7rHGcjiP36ho8IvjvDwlLhS0HGSN4vwA-0Ii9pYuzDYhfp1JzoLYB0z9ewuRtpTSbSldLHaWyr1cnwIHEYcV4uTqvPW35sUJEnC8IjCa-GyIxNC6ZYnQaRLr5Vy3CU6s/s1600/tarta.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxD3BuUyCr3Oh7rHGcjiP36ho8IvjvDwlLhS0HGSN4vwA-0Ii9pYuzDYhfp1JzoLYB0z9ewuRtpTSbSldLHaWyr1cnwIHEYcV4uTqvPW35sUJEnC8IjCa-GyIxNC6ZYnQaRLr5Vy3CU6s/s1600/tarta.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
A veces la música se percibe desde un punto de vista dicotómico cuyos extremos son el arte y ensayo (en nuestro querido jazz hablaríamos del <i>free jazz</i> y otras corrientes <i>avant-garde</i>) y la música de amenizaciones (la <i>musique d'ameublement</i> o "música de mobiliario", que decía Erik Satie). Como toda polarización, la dimensión funcional de la música cuenta con una gradación paulatina. En ocasiones un grupo destinado a crear un ambiente selecto con su interpretación puede tomarse ciertas licencias; otras veces hay que ceñirse al guión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me contaba un bajista que, amenizando el convite de una boda que estaba llegando a su punto álgido, alguien de la organización se acercó a la banda y les dijo: "Tocad música de tarta". Sorprendidos, abordaron "La chica de Ipanema" ante la notable aprobación del personal.</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1600824333871015902.post-70993600743091361182014-04-15T09:00:00.000+02:002014-04-15T09:05:09.728+02:00Jazznécdota #61 - Los que tenemos que tocar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixv7pE8TvT-uPm010kEHC-Ask7exzE_3qJfXE6zJySxPEemxWUN7D-STW3WJ9Gjwrm0_L8iOF6ZqmUgxi0nkXwvWsK0OY0dYqf4IzDQRBL0ETqlBLVP0PSkl-6cMfx7VCFm_zhPF3zTO0/s1600/fb.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixv7pE8TvT-uPm010kEHC-Ask7exzE_3qJfXE6zJySxPEemxWUN7D-STW3WJ9Gjwrm0_L8iOF6ZqmUgxi0nkXwvWsK0OY0dYqf4IzDQRBL0ETqlBLVP0PSkl-6cMfx7VCFm_zhPF3zTO0/s1600/fb.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo está el mercado. Antes la responsabilidad de llevar público a los conciertos la compartían los músicos y las salas. En estos tiempos de crisis algunos locales han decidido hacer un sobreesfuerzo, pero otros tan solo tiran balones fuera. Me comentaba un músico que, recientemente, el responsable de comunicación de un local de música en directo había dado un toque de atención al líder del grupo porque "el pianista no está promocionando el concierto en su cuenta de Facebook".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es en este instante cuando imagino a Gracita Morales ataviada con su cofia, sosteniendo un saxofón y diciendo con su voz peculiar: "¡los que tenemos que tocar!".</div>
Arturo Mora Riojahttp://www.blogger.com/profile/17548222184067390563noreply@blogger.com0