Cómo las gastan algunos. En los clubes de jazz de Madrid es habitual que los músicos, cobren lo que cobren, dispongan de un par de consumiciones por parte de la casa. A partir de la tercera empiezan las negociaciones, de las que el local suele salir triunfador.
Hace unos días, en un famoso club de Nueva Orleáns, tuve la oportunidad de presenciar una animada charla entre el camarero y los miembros de un, también, famoso grupo de jazz justo después de su concierto. Antes de que llegaran a la barra el camarero les dijo: "¡la respuesta es no!", a lo que el bajista replicó jocosamente: "y cuando dices no quieres decir sí, ¿verdad?". El barman zanjó la discusión con un: "cuando digo no quiero decir..." acompañado de un gesto internacional consistente en levantar la mano con el dedo corazón extendido. Acabaron pagando sus cervezas.
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