Contaba un compañero que, actuando con un cantante indeciso, los miembros de la banda se desesperaban viendo que no entraba cuando debía. El grupo seguía dando vueltas a los acordes esperando que se arrancara a cantar, pero no acababa de decidirse. En un momento dado el pianista sacó del bolsillo su llavero y lo posó sobre el teclado. Ante la sorprendida mirada del bajista, dijo: "Ahí tiene las llaves. Que entre cuando quiera".
martes, 30 de septiembre de 2014
martes, 2 de septiembre de 2014
Jazznécdota #67 - Demasiado público
El verano no iba bien para un conocido club de jazz. A pesar de que la programación destilaba calidad el público prefería disfrutar de las terrazas madrileñas que escuchar buena música estival en un local cerrado. Debió ser por ese motivo que el gerente del lugar, perspicaz como pocos, decidió bajar considerablemente el precio de admisión al concierto estrella del estío, a cargo de una excelente banda internacional.
Llegó el día del evento y, a medida se acercaba la hora de comienzo, continuaban entrando espectadores como si repartieran maná en el club. El malestar del responsable fue creciendo tema tras tema, corchea tras corchea. "Si la entrada fuese más cara estaría ganando más dinero", debió pensar. Llegó el descanso, comenzó el segundo pase, el público seguía disfrutando de la bebida y de la buena música. La actuación llegó a su fin y, como respuesta a los insistentes aplausos, el líder del grupo se acercó al micrófono: "Vamos a tocar un tema más". En esto que el gerente se plantó delante del escenario, se dirigió al público que abarrotaba su local y, con ostensibles gestos de enfado, dijo: "¡Eso, van a tocar un tema más, pero solamente uno, porque el precio de la entrada ya está más que amortizado!".
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