El blues es una de las bases fundamentales del jazz. Para tocar jazz no solo hace falta saber tocar blues, además hay que sentirlo y disfrutarlo. No obstante, en comparación con los temas de be-bop o las composiciones avanzadas de músicos como John Coltrane, Joe Henderson o Wayne Shorter, la típica estructura de blues de doce compases es métrica y armónicamente sencilla, habiéndose convertido en un punto de encuentro para todo tipo de músicos. Cuando no se sabe qué tocar, se hace un blues.
En cierta ocasión un músico de jazz, gran amante y conocedor del blues, estaba grabando temas con un cantante de rock. En una de las piezas, un simple blues, el cantante estaba teniendo problemas, por lo que hubo que repetir la toma varias veces, para desesperación del jazzman. En ese instante su novia le llamó por teléfono y él le respondió, elevando su voz sin querer, que ya tendrían que haber acabado de grabar, que tan solo se trataba de "un puto blues". Cuando se volvió el resto de la banda le miraba entre la sorpresa y la indignación.
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